Mario Arturo Ramos: Cincuenta y más.

(Publicado en la revista mexicana "Cincuenta y Más" )
 
 
 
RAFAEL SANCHEZ DE ICAZA
 

CIEN AÑOS DE LA PINTURA TAURINA MEXICANA,EMOCIONES Y SENTIMIENTOS QUE ACONTECEN EN LA PLAZA DE TOROS.
 
Por Mario Arturo Ramos


El pasado siglo XX, en los ochenta, el taller de composición “Voz” se convirtió en un centro de compositores, intérpretes, poetas y músicos diletantes del arte sonoro que semana a semana se reunían para trabajar, informarse, discutir y exponer obras músico-literarias. En las sesiones “tallerísticas”, la crítica razonada -a veces despiadada- le otorgaba coherencia al objetivo del grupo: componer canciones populares que tuvieran como principal ingrediente la autenticidad, esa que escapa del consumo fácil y los fines comerciales que impone la industria discográfica.

Recuerdo que en los primeros años de esa década, el grupo de trabajo lo conformaban José de Lara, Hugo Azpetia, Jesús Monarrez, Arturo Cipriano y Rafael Sánchez de Icaza, junto a invitados y visitantes. Una peculiaridad de los integrantes consistía en combinar su tarea musical con otras actividades: ingeniería electrónica, sociología, pedagogía, ejecución musical, literatura, pintura, etc., disciplinas que nutrían a las expresiones canoras de los asociados aportando temas diferentes a la chabacanería exitosa. Rafael Sánchez de Icaza asistía con sus cuadernos llenos de imágenes, con pincel, lápiz y guitarra listos para capturar imágenes de los personajes, hechos, ambientes, emociones y sentimientos. El tema taurino le latía con fuerza en las ideas, en el color, en el trazo y en el tiempo. El inevitable paso de los calendarios hizo más sólida nuestra amistad y vio crecer su prestigio como una de las figuras mexicanas de la pintura taurina contemporánea. El siguiente dialogo es sobre el tema.

MAR: Es indudable que la llamada “Fiesta Brava” reúne una serie de disciplinas artísticas; una importante es la pintura. Notables muestras se encuentran en obras de Pablo Picasso, poemas de Federico García Lorca, pasodobles de A. Martínez, etc. Sin embargo, salta la pregunta sus antecedentes.

RSI: El inicio de la pintura taurina se encuentra en las Cuevas de Altamira; más tarde, en las imágenes que nacían de las fiestas romanas, en las festividades de los pueblos árabes que durante ocho siglos dominaron a España. Por ejemplo, hay grabados que plasman la figura del Mío Cid lanceando a un toro, estos son sólo algunos ejemplos de sus antecedentes. Desde luego es importante señalar que la actividad taurina llega a México en 1526 y que hay códices que dan testimonio de los primeros pasos de la Colonia y de cómo la tauromaquia se instala en nuestro país. Como dato adicional hay que agregar que en el siglo XIX aparecieron los primeros ilustradores taurinos que realizaban carteles anunciando corridas. En la obra de José Guadalupe Posada hay rastros del tema en su conocido personaje “Chepito Toreador”; Juan Silveti “El tigre de Guanajuato” invitó a México en los inicios del XX a Carlos Ruano Llopis, pintor valenciano. Con la presencia de este artista en nuestra tierra se inició la escuela pictórica taurina.

MAR: ¿Cuáles son los temas esenciales de la pintura taurina?

RSI: Existen tres vertientes fundamentales: faenas en el ruedo o en el campo, retratos de toreros y retratos de toros. Hay subtemas también, uno destacado es el público, sobre todo la belleza de la mujer en los tendidos de las plazas.

MAR: ¿Como te inicias en la pintura taurina?

RSI: La traigo en la sangre. Un tío abuelo fue un torero hispano, Manuel Granero, quien falleció de una cornada. Mi abuelo, Alfonso de Icaza, fue dueño del periódico “El Redondel”, publicación taurina de prosapia (1929- 1989). Voy a los toros desde temprana edad. Cuando cumplí cuatro años, para vencer el hastió infantil que brotaba por lo largo de las sesiones, mi madre me llevaba un cuaderno y unos lápices para que dibujara, ese es mi inicio en la pintura taurina: extensión de las emociones y los sentimientos que suceden en la plaza de toros. A partir de esta edad me di cuenta que el arte de pintar con el tema taurino se debe comparar con el acto de torear: se tiene que sentir la cadencia, el movimiento, el ambiente de la plaza de toros; igual entendí que en la Fiesta Brava no hay diversión, hay emoción, así la pinto.

La tarde capitalina daba sus últimos destellos, la charla llegaba a su fin. El pintor agregó: “Debo comentar que la fiesta taurina se encuentra en peligro de extinción. Los avatares que tiene que eludir para sobrevivir son muchos. Detractores y seguidores están conscientes de su posible final, seguro que se quedará la pintura y los dibujos realizados por Antonio Navarrete, Ramón Espino Barros, Luis Solleiro, Ximénez (pintor que tenia como singularidad haber perdido la mano derecha y pintar con la izquierda), David Cárdenas, Reinaldo Torres, Pancho Flores, artistas que como yo somos cronistas de la tragedia o el goce estético que produce la cultura de la tauromaquia”. Nos despedimos con la sonrisa que brota de la amistad sincera, yo llevaba en la mente las figuras y el color que nacen de los pinceles y el lápiz de un pintor de excelencia que cultiva la pintura taurina, la síntesis de emociones y sentimientos de Rafael Sánchez de Icaza.